Especial

Historia de Campana

Elba Gerones.

Cuando Campana tuvo su primer Video Club

Primera Parte

Me encuentro con Noemí Rosalía Flores, Alias POCHI, para compartir la experiencia de haber disfrutado el primer Video Club de Campana.

Pochi comienza su relato: “Nací en Capital Federal hace 70 años pero mi familia es de Pergamino. Mi padre era hijo de inmigrantes italianos y mi madre de españoles, familias que estaban en buena posición. Mi abuela cuando se casó hizo traer el ajuar de Suiza.

Mi papá fue a estudiar con el hermano a Capital Federal y llevó a sus padres a vivir con ellos. Todavía tengo familiares en Pergamino, algunos muy ancianos.

Mi abuelo de parte de mi mama trabajaba en el ferrocarril, fue jefe de estación e hizo poner la numeración en los vagones de los trenes para que fuera más fácil ubicar el que le correspondía al pasajero, también hizo instalar la luz eléctrica en toda la ciudad, fue un aporte a la comunidad. Yo era muy chica y lo acompañaba.

Un bisabuelo fue jefe de correo y el otro bisabuelo jefe de estación. Tengo la foto donde están en la puerta de la estación con los delantales grises que se usaban en esos trabajos, con el nombre correspondiente de cada uno. Hay calles en Pergamino con los nombres de mis abuelos. Estoy orgullosa de mi historia que se la voy a dejar a mis nietos porque es una manera de que las personas sigan vivas".

Pero vamos a la historia que quiero compartir. "Recién se conocía lo que era un video y todavía no había leyes que los regulara. Comencé en el año 1978 grabando videos que traía un amigo de España con el sistema BETA. Estos eran cassetes mucho más chicos de los que se impusieron después con el sistema VHS. Nos habíamos organizado y hacíamos un “tour” llevando los cassetes a San Nicolás, San Pedro, Lujan, un montón de lugares donde les podíamos alquilar películas. En una clínica de San Nicolás cuando los médicos estaban de guardia les alquilábamos películas, íbamos todas las semanas

Simultáneamente pusimos el negocio en mi casa. Era el único video, primero de Campana y del interior. En el año 1978 representaba una novedad y muy poca gente tenía una videocasetera, resultaba prohibitivo para muchos. Nosotros poseíamos varias y las alquilábamos”. 

Seguimos recordando con Pochi:  “A mi casa venia un montón de gente, algunos muy conocidos de la ciudad, era realmente una novedad, yo muy jovencita. Me alquilaban películas y a veces las máquinas. Recorrimos toda la costa en invierno, no existía el cable. Fuimos a Villa Gesell, Necochea, Santa Teresita, en esos lugares la televisión era mala, no se podía ver bien, se cortaba permanentemente y debido a eso se nos ocurrió hacer postas. En verano dejamos dicho que volveríamos en invierno con películas ya que en esa temporada no había casi turismo, entonces la gente se juntaba en los bares, confiterías para poder proyectar las películas. Generalmente poseían videocaseteras. A Mar del Plata no fuimos nunca.

A raíz de esta actividad hicimos muchos amigos. Tuve un problema familiar en 1989 y debido a esto me quede con la mitad del negocio. Necesitaba trabajar porque tenía que mantener a mi hija.
Quiero recordar a mi amigo Néstor Vázquez, que desgraciadamente ya no está, él me acompañó cuando comencé con el negocio del video. Después tuve lo que se llamó el “video tubo” que era un video-club ambulante, anexado a mi videoclub. Un muchacho conocido tenía una Combi, en ella llevaba las películas a las distintas localidades: Zárate, Escobar, Luján. Nos llamaban por teléfono para establecer el lugar y la hora tanto para entregarlas como para ir a buscarlas, de esta manera la gente no tenía necesidad de viajar. Con este sistema hice muchos clientes.

Me gustaba lo que hacía, me entretenía, soy emprendedora y agradecida a Dios, es el motor mío y de mi familia. También tengo amistad con muchas personas, esto lo veo en la calle cuando me encuentro con alguien conocido. Días pasados estuve con una chica que me dijo algo que me gusto mucho “sabes, yo siempre me acuerdo de vos, porque me ayudaste en una circunstancia triste de mi vida, me hablabas y me diste una película para que vea”. Yo ayudo a gente enferma de cáncer, les doy ánimo, estoy con ellas. Murió una amiga muy querida que visitaba todo los días. La ayudé alentándola en un proyecto que tuvo y se hizo más soportable su enfermedad.

Al tener el negocio en mi casa me asaltaron dos veces, fue una mala experiencia, por ese motivo alquilé un local en una galería de la calle Rocca, pero no me fue bien, entonces volví a mi casa. Esto que estoy contando sería hasta los años 1987-1988 que fue cuando cerré el negocio. No hace mucho tiempo me desprendí de todos los cassetes, pero lo que más lamento es haber tirado los libros donde anotaba el movimiento del negocio, pero después me consolé diciendo que no me puedo atar al pasado. Es una etapa superada. Yo tomo todo para bien, la experiencia te fortalece, me sirvió porque conocí buenas personas y las malas experiencias ya pasaron. Yo no puedo vivir con odio.

Fuimos miembros de los primeros círculos de videoclub en Buenos Aires. Había mucha piratería, muchos hacían copiar de los originales. Los videos club se fueron cerrando, cumplieron su ciclo. Un video club es una cosa muy esclava, yo empezaba a las 9 y estaba hasta la madrugada, a veces 3 de la mañana. No había horario, lo que tenía el negocio en casa era fácil para los que necesitaban alquilar un video. Pero lo que tengo que decir es que fue una linda experiencia. Cuando yo no estaba atendía Cristina Frías, ayudándome, era como si fuera parte de la familia.

Rescato de la experiencia que tuve con esta actividad que conocí mucha gente, aprendí cosas, ayude dentro de mis posibilidades, soy digna. Estoy orgullosa de haber tenido el primer video club de Campana y de la zona.”

Agradezco a Pochi su testimonio.

¿Podemos dejar que el tiempo pase, olvidar sucesos importantes, vividos con mucha intensidad y que ocupan un lugar de privilegio en nuestros recuerdos como fue alquilar películas? (Video Clubes).
Cada barrio tenía un Video Club, era un verdadero placer elegir cuidadosamente la película, el último estreno o simplemente una cinta que veríamos en familia. La novedad y la diversión que representaba hicieron que fuera prioridad cuando se tenía que elegir en que ocupar el tiempo de esparcimiento.


Internet- Películas de Culto-Beta vs VHS


“La historia se remonta a 1975, con el lanzamiento de Betamax, el primer formato de reproducción de video doméstico, creado por la compañía Sony. Por primera vez una persona podía ver un canal, mientras grababa otro para verlo posteriormente. Esa fue la idea con la que se lanzó el video casero. La venta y alquiler de películas vino mucho después.

Un año más tarde se lanzó el formato VHS (Vertical Helical Scan), creado por las compañías JVC y Matsushita (Panasonic). Sony consideró al VHS como una copia del Beta y creyó que sus creadores adoptarían su sistema, pero eso no sucedió, comenzando así la guerra de los formatos.

Sony tenía en principio las de ganar, Beta era un sistema de mayor calidad que el VHS. Tenía más líneas de definición, por lo tanto, mejor calidad de imagen, también mejor calidad de sonido y su sistema de avance y rebobinado de cinta era superior. Pero en su contra, Beta sólo podía grabar cintas de 1 hora de duración, mientras que VHS permitía grabaciones de hasta 2 horas.

Lo primero que hizo Sony fue solucionar el problema de la duración de la cintas, consiguiéndolo en 1978 con la L-750, cinta que permitía grabaciones de hasta 3 horas. Ambos formatos siguieron luchando por alcanzar mayores duraciones de grabación, llegando a un punto en que esto dejo de ser un problema, estando ambos sistemas igualados”. Pero poco a poco los fabricantes de videos comenzaron a elegir el sistema VHS. En 1983, Zenith abandonó Beta por VHS. Y en 1984 NEC, Sanyo y Toshiba comenzaron a fabricar VHS. Ese mismo año, sólo había 12 compañías que apoyasen el sistema Beta, contra 40 del VHS. Hasta hace no demasiados años los negocios de alquiler de películas (videoclubs) estaban a la orden del día. Cada barrio tenía el suyo propio, donde las familias deambulaban en busca del último estreno, o simplemente en busca de una cinta con la que pasar la tarde. Con el paso del tiempo (años 80 y 90) fueron surgiendo decenas de estos negocios.

Llegaron a decir que los cines desaparecerían, nada más lejos de la realidad, el cine siguió a pesar de la llegada de los. videos, al igual que lo hacía con la televisión. Fue con la llegada del nuevo siglo (y de Internet a los hogares), cuando los videoclubs sufrieron una rápida decadencia, dejándolos prácticamente extintos a día de hoy.

El primer videoclub de la historia data de finales de 1977. La idea surgió de un humilde californiano afincado en Estados Unidos, llamado George Atkinson.