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COVID-19 y escuelas: ¿Cómo será la vuelta a clases presenciales?

Un regreso a la normalidad como era la vida a principios de 2020 parece ser hoy una utopía. Porque la llegada del COVID-19 nos obligó a modificar nuestras vidas a partir de restricciones para hacerle frente a la pandemia. Y a saber por lo que dicen los expertos, incluso, cuando ellas se alivien seguirá afectando a nuestras vidas de muchas maneras.

Y un ejemplo de ellos es la vuelta a las aulas de miles y miles de niños, jóvenes y adultos que, si bien se prevé que regresen en agosto, será bajo una modalidad totalmente diferente.  El protocolo preparado incluyen medidas rigurosas de distanciamiento, de higiene y de asistencia alternada.

No obstante, el regreso a las aulas podría ocurrir solo en las provincias que tienen nula o escasa circulación del virus.  Es decir, el Área Metropolitana de Buenos Aires y Resistencia, Chaco, son dos zonas que por ahora no entran en ese esquema. 

PROTOCOLO

El protocolo fue presentado este miércoles por el Ministro de Educación, Nicolás Trotta y consta de dos etapas: la preparación para la reapertura de las escuelas y la aplicación de las pautas una vez que se produzca el retorno.

La primera fase contempla la capacitación a todo el personal docente y no docente para la “nueva normalidad”. Habrá una articulación de las carteras provinciales de Educación y Salud para lograr que todos los maestros reciban la vacuna antigripal y para que los chicos tengan el calendario de vacunación al día.

Las escuelas deberán contar con los insumos básicos de higiene, asegurar agua potable, jabón, alcohol en gel y cestos de basura. “Si en un establecimiento educativo no hay acceso al agua o cuestiones básicas, no se va a poder volver”, dijo Trotta.

El distanciamiento social en los establecimientos será de 2 metros en los espacios comunes y de al menos 1,5 metros en las aulas. De acuerdo a las autoridades, no hay margen para ampliar la infraestructura escolar, por lo cual, habrá una división de los grados que concurrirán en forma alternada. La prioridad para el regreso la tendrán los últimos cursos de los niveles, tanto de primaria como de secundaria.

También se prevé el escalonamiento en los horarios de ingreso y salida de los establecimientos para no saturar el transporte ni generar aglutinamientos en los accesos.

Una vez que se inicie el regreso a las escuelas, será obligatorio el uso de tapabocas en primaria y secundaria tanto para alumnos como para docentes en todo momento, en las aulas y en los espacios comunes. Los docentes, incluso, podrán agregar una máscara para mayor protección. Estarán prohibidos los eventos o celebraciones masivas y se insistirá en la necesidad de limpieza y desinfección constante.

Si se detectara un caso sospechoso o positivo, se procedería a hisopar al estudiante o docente, a su aislamiento y al rastreo de sus contactos estrechos. Al día siguiente estarían suspendidas las clases en la escuela y se realizarían tareas de desinfección.

Otro de los puntos detallados tiene que ver con la distribución espacial que deberán tener las aulas. Una de las ideas es llevar adelante un modelo de “burbuja”, que implicaría que por aula haya dos círculos de cuatro chicos -manteniendo la distancia de un metro y medio- y que eso permitiría que, si hay un contagio, sea más fácil la identificación de los contactos estrechos. Además indicaron que las jornadas serán con horarios reducidos y alternando días de trabajo en la escuela y en el hogar.

Debido a esta modalidad “mixta”, se mantendrá vigente la licencia de uno de los padres para que acompañen a sus hijos en el hogar. En esa línea, también se buscará que los hermanos concurran a clases los mismos días.

La universidad también fue contemplada en el protocolo. Educación informó que se implementará un sistema de clases a distancia con alternancia presencial; evaluación de la necesidad de exámenes presenciales de acuerdo con las recomendaciones sanitarias; estímulo del trabajo remoto; autorización de ingreso sólo para actividades programadas; y regreso escalonado a las actividades de investigación que no hayan sido consideradas esenciales durante la cuarentena.