Campana Noticias
Albizola: un club de barrio que crece con el empuje de sus jugadores
Chicos, chicas, jóvenes y voluntarios, trabajan codo a codo para cumplir el sueño de la cancha propia. Además del mantenimiento del campo de juego, avanzan con el cerramiento del mismo, y planifican la construcción de vestuarios y el buffet.
La pasión por el fútbol, pero principalmente el amor por los colores, movilizan a toda una comunidad del barrio Albizola.
El Club barrial participa de los torneos de la Liga Campanense. Unos 150 jugadores de sus categorías, desde la Primera y hasta el equipo femenino, organizan jornadas voluntarias para cada día, y con mucho esfuerzo, mejorar el predio en el que entrenan, y donde sueñan, algún día, poder jugar oficialmente.
Para ello, además del corte de pasto y acondicionamiento permanente del terreno, encararon importantes obras como el cerramiento perimetral con los requerimientos oficiales para la competencia. “Los materiales fueron donados por un grupo de amigos y colaboradores, y colocados por los propios jugadores. Es un enorme esfuerzo que llevamos adelante, pero con la misión de cumplir un sueño común: defender los colores del Albi en nuestra propia cancha” sostiene Marcelo Urbieta, entrenador y “motorizador” del proyecto.
Urbieta, con el apoyo de su familia y de varios amigos que se han sumado, coordina cada uno de los detalles que hacen al Club barrial: desde conseguir camisetas para jugar, pelotas y elementos de entrenamiento, y hoy en día, la gestión de materiales para concretar la obra. Así, lograron montar un sistema de riego para la cancha, y hasta consiguieron un tractor para cortar el pasto.
“La misión principal del Club es sacar a los chicos de la calle. Acá tenemos una función social. Les hablamos mucho, resaltamos la importancia de la escuela, y hasta hemos organizado clases de apoyo. Los más grandes ayudan a los más chicos en las prácticas. Trabajamos muy unidos” cuenta el dirigente, quien asegura que la pandemia no detuvo, ni un poco, el principal proyecto que hoy tiene el Club. “Cuando comenzó la cuarentena, nos organizamos para ayudar a vecinos del barrio con necesidades. Recibíamos donaciones, armamos bolsas y hasta viandas, que llevamos a muchas familias, adultos mayores que no tienen otra ayuda”.
“No recibimos ayuda de nadie. Solo de un puñado de anónimos, y de los propios jugadores. Pero sabemos que tanto esfuerzo vale la pena. Cada pibe o piba que hace algo por el club, sabe en definitiva que no solo lo están haciendo por ellos mismos. También por cientos de chicos que van a pasar por acá el día de mañana” cerró Marcelo Urbieta.
El Club barrial participa de los torneos de la Liga Campanense. Unos 150 jugadores de sus categorías, desde la Primera y hasta el equipo femenino, organizan jornadas voluntarias para cada día, y con mucho esfuerzo, mejorar el predio en el que entrenan, y donde sueñan, algún día, poder jugar oficialmente.
Para ello, además del corte de pasto y acondicionamiento permanente del terreno, encararon importantes obras como el cerramiento perimetral con los requerimientos oficiales para la competencia. “Los materiales fueron donados por un grupo de amigos y colaboradores, y colocados por los propios jugadores. Es un enorme esfuerzo que llevamos adelante, pero con la misión de cumplir un sueño común: defender los colores del Albi en nuestra propia cancha” sostiene Marcelo Urbieta, entrenador y “motorizador” del proyecto.
Urbieta, con el apoyo de su familia y de varios amigos que se han sumado, coordina cada uno de los detalles que hacen al Club barrial: desde conseguir camisetas para jugar, pelotas y elementos de entrenamiento, y hoy en día, la gestión de materiales para concretar la obra. Así, lograron montar un sistema de riego para la cancha, y hasta consiguieron un tractor para cortar el pasto.
“La misión principal del Club es sacar a los chicos de la calle. Acá tenemos una función social. Les hablamos mucho, resaltamos la importancia de la escuela, y hasta hemos organizado clases de apoyo. Los más grandes ayudan a los más chicos en las prácticas. Trabajamos muy unidos” cuenta el dirigente, quien asegura que la pandemia no detuvo, ni un poco, el principal proyecto que hoy tiene el Club. “Cuando comenzó la cuarentena, nos organizamos para ayudar a vecinos del barrio con necesidades. Recibíamos donaciones, armamos bolsas y hasta viandas, que llevamos a muchas familias, adultos mayores que no tienen otra ayuda”.
“No recibimos ayuda de nadie. Solo de un puñado de anónimos, y de los propios jugadores. Pero sabemos que tanto esfuerzo vale la pena. Cada pibe o piba que hace algo por el club, sabe en definitiva que no solo lo están haciendo por ellos mismos. También por cientos de chicos que van a pasar por acá el día de mañana” cerró Marcelo Urbieta.
