Opinión

De todo un poco

Marcelo Boscoso

Carta al Papa y a Papanatas

Francisco, hace ya más de 7 años que nos dejaste y no nos volviste a visitar. Cuando te fuiste lo hiciste enojado con casi todos los políticos, y con razón. Después de luchar toda una vida para proteger y ayudar a los pobres viajaste para cumplir la hermosa misión que Dios te encomendó y para la que te eligió orgullosamente. Lamentablemente el país siguió empobreciéndose muchísimo más, quizá más de lo que a la distancia te imaginas en estos últimos cuatro años, y ahora esta enfermedad que afecta al mundo nos toca en un hemisferio postergado, prácticamente sin trabajo ni generación alguna de riqueza, con un desempleo record, con una pobreza nunca antes vista, con la informalidad y el desamparo de casi la mitad de los trabajadores y sus familias.

Por supuesto se de tu agenda y compromisos en el mundo, pero también se de tu enorme poder, y cuando pase todo esto, cuando la Plaza San Pedro y el aeropuerto de Roma-Fiumiccino vuelvan a funcionar, venite aunque sea dos días a tu país para rezar por nosotros, para darnos una misa, que hasta te la permitiríamos en el Gasómetro, se está esto permanente y diariamente en tu cabeza.

No pierdas siquiera un minuto en hablar con un político, ninguno lamentablemente lo vale y todos, como cuando señalan cuando asumen, van a ser demandados por la patria y por Dios por habernos llevado donde nos llevaron. Juan Pablo II nos visitó dos veces en tiempos muy difíciles para el país, seguramente lo recordaras y hasta quizá estuviste con él, una de esas veces fue cuando Malvinas. La situación es ahora para nosotros muchísimo peor, necesitamos que vengas a darnos una plegaria a casa, si no pueden ser dos días que sea una sola misa, te lo pido por favor, si después es tarde, no ya un Papa como vos, un peronista de Perón como vos, un cuervo que sabe de sufrimientos, se va a decir, que pelotudo que fui, que los deje allá lejos y en banda.

La carta la envié el miércoles, y el jueves lo tramaron, después de dos semanas de cuarentena , postergación de la misma incluida, mandaron a la calle a la cuarta parte de la población más vulnerable, abuelos, jubilados de las mínimas mínimas, los sectores más carenciados, los compatriotas de barrios más perjudicados por la situación. Se amontonaron miles y miles de personas, desde la madrugada, la madrugada paradójicamente más fría del año, 6 grados en el conurbano, haciendo colas, hacinadas, sin respetar siquiera mínima distancia.

Y si la carta la recibió Dios y como regalo divino a nuestro país de esos 10 millones de personas que fueron abandonadas , a las que se les hizo no interrumpir la cuarentena, terminarla lisa y llanamente, nadie más muere pese al atentado político de Alberto, Vanoli y el pescado Pesce, como no moría nunca nadie antes de la importación? Dicen que Dios está en todas partes, pero atiende en Argentina, y me parece así es. El sábado amaneció hermoso, soleado, primaveral, Campana toda estuvo en la calle, en los bancos, adonde ahora los inútiles esperaban, no fue nadie, hasta filitas de sillitas habían puesto en algunos lugares, como se puede ser tan inútil? Las calles estuvieron llenas de gente, en la placita Italia había muchísima gente con “sus mascotitas”, miles vacunándose en las plazas, por qué? Porque la gente se empezó a dar cuenta que los usaron, como dije en opiniones atrás. El tráfico que había bajado casi un 80% recupero casi la totalidad de autos, hasta multas seguramente salieron a hacer los salieris de charly.

Sr. Papanatas, la economía se terminó de destrozar con todo esto que diagramo, es por eso que desde el lunes 13 todo este verso se termina, si ya hasta otra vez de la vuelta al futbol, gratis para todos, como decía iba a poner Macri, estas nuevamente hablando. Mientras tanto, como todos los días del mundo en el mundo entero, 70 mil personas nacen y mueren todos los días, 400 en nuestro país, seguirá siendo así Sr. Papanatas, aun el día que estén a la venta todas las vacunas.