Ahí están con sus autos lindos, sus cabezas teñidas, sus remeras de rugby y polo , las señoras de narices y papadas operadas.

Sacan bandera, gritan, hablan de libertad y República

Ahí están, siempre están, llenados por TN, La Nación y Clarín. Y otros, se acercan aunque no tienen poder adquisitivo pero si mucha televisión y redes. Y muchas ansias de pertenecer aunque nunca lleguen

Con sus amados EEUU atribulados en más de cien mil muertos. Con la prolija Europa y la peor desgracia despues de la 2da Guerra Mundial.

Ahí están ellos, colonizados, con sus voces de frases arrastradas, con sus carpetas de universidades privadas, sus ignorancias antipopulares y su amor perpetuo por el odio a los pueblos de abajo. Odio, rencor eso sienten por los que creen están detrás del largo muro y suman, con las técnicas espantosas de comunicación, a parte de las víctimas que terminan admirando a los victimarios. Y no es una cuestión solo de plata o clases. Es más profundo. Es un desprecio ancestral desde el tiempo de los tiempos.

Usan el tema del trabajo. Quién no quiere volver a trabajar, cómo no entender el drama de comerciantes y pequeños empresarios ?

Pero aquí subyacen otras miserias. Antes eran los poderosos terratenientes, hoy se suman medio pelos definidos por Jauretche y embarrados en ignorancia por más universidad que recorran. Sus barrios privados, sus lugares exclusivos, su asco por el resto. Sus miradas cruzadas. Mientras el New York Times pone en tapa los nombres de miles de muertos, aquí los grupos mediáticos al servicio de las grandes corporaciones empresarias, motorizan con todo ese odio perverso y arrastran a obreros, maestros, campesinos empleados...gente de trabajo a quienes ese sistema privilegiado desprecia pero a veces convence .

Son una verguenza. Por más falencias, errores y hasta flaquezas que tengan los sectores populares, no hay manera de compararlos con la entrega, la colonización y la antipatria de los grandes grupos de poder económico mediático que dominan e influyen en la Argentina

No les interesa el virus, ni los hospitales, ni los viejos, ni siquiera sus líderes de derecha que se sientan con el gobierno actual.

Solo les interesa el odio a lo popular, a la gente, más humilde, al obrero, al paisano, a lo distinto a su casta. Se mueven por por mensajes cargados de anti todo lo que sea pueblo, pueblo desamparado. Ahí están, sumando algunos que creen cada una de las cosas que el establishment de derecha cerrada le cuenta en las redes, los diarios y la TV perfeccionando aquella vieja lógica de Neustadt y Doña Rosa .

Ojo, nos pueden llevar al desastre. No los sobrevaloremos pero tampoco los despreciemos . Son el inicio, una punta de un iceberg nefasto, y como el virus, están en el momento críticos .

Hay que hablar, hay que hacer pensar, hay que buscar reflexión, firmes pero sin desmayo.

Hay que impedir que el raid mediático nos dé un golpe letal.