Opinión

Política

Oscar S. Echart

Política postpandemia

O subimos al mundo que viene o seguimos retrocediendo

Hoy solo dependemos de las políticas de Gobierno, sea Municipal, Provincial o Nacional, porque la pandemia no tiene plan B, por más que se marche, se cacerolee o se aplauda, la práctica política ideológica existente tiene cero valor en la Gente. Solo se rechazan mutuamente los distintos sectores en pugna sin aportar demasiado a la Sociedad conjunta que vive en situación de incertidumbre, empobreciéndose y sabe además que nada volverá a ser lo mismo.

Entonces quienes políticamente aspiren a administrar el porvenir, deberán ya anticiparse con un plan post-pandemia, para el 2021 en adelante. Pensarlo, debatirlo y tener nuevas respuestas. Los paradigmas a resolver son muy visibles. se observa que el pueblo descreerá del más de lo mismo, la culpa del otro ya no servirá para sumar, esta práctica sectaria solo sirve para hacer mantenimiento de sostén a propios seguidores en la división existente.

La miserable grieta seguirá, con un mundo y un país más pobre, con pensamientos volátiles por caída social. Estoy convencido que los mejores políticos serán los que hoy comiencen a trabajar por un futuro que deberá estar armado anticipadamente, porque ignorar que estaremos peor y dos años o tres con barbijo es no ver lo irregular del humor social. Habrá negocios que no se podrán habilitar jamás, donde surgirán otros para cubrir nuevas necesidades y reconversiones a construir. Que no va a ser fácil que la gente se reúna a lo Argentino. Que no sabemos cuanto habrá de trabajo. Que el home office que ahora se está cobrando como presencial, el año que viene lo van a contratar por dos o tres horas diarias como monotributista, sin protección social-laboral alguna. Los salarios serán todos bajos, habrá que capacitar sobre la nueva demanda Productiva y empleos venideros que aún no existen.

Se viene la rápida la robotización, globalización y/o continentilzación de necesidades donde las empresas en su mayoría se adaptarán, reconvertirán, otras desaparecerán y eso es esfuerzo de dinero privado y hay que facilitarles la tarea. Ya hay patentamientos de modelos argentinos de autos eléctricos y necesitarán una nueva industria de servicios. Allí habrá empleo. Pero lo relacionado al carburador irá despareciendo y allí los talleres que no se adapten sucumbirán.

El Estado deberá achicarse para autosustentarse o legitimar lo que existe subsidiado sin prestar servicio para potenciar prestación ¿cómo se hará?. Y sólo estoy hablando desde uno de los mejores panoramas y de algunos pocos temas ejemplificadores para un país donde ya está claro que la producción alimenticia será su futuro inmediato para potenciar el eje de participación con el mundo, ordenando en paralelo lo interno todo lo relacionado alas producción y al empleo en otras áreas. existentes o venideras

Esto deberá saber como resolverlo un político postpandemia, porque, ¿qué le van a decir al país cuando estén en campaña?, ¿cuál será la propuesta a una sociedad que estará golpeada, descreída, en un mundo que también estará golpeado, donde ya no habrá pasado que sirva para comparar discurso y donde nunca existió plan político post pandemia global o local siglo XXI. Habrá que armar un futuro hoy desconocido, donde lo nuevo siempre es oportunidad inclusive para adaptar valores ante la nueva realidad , solo hay que verlo todo, y anticiparse con un plan maestro estratégico práctico de cómo resolverlo. Es muy simple, hay que trabajar mucho y rápido, no la compliquemos. La patria sólo se hará con patriotas, con conocimiento profesional y la política tendrá que administrar eso. Porque el NOM (Nuevo Orden Mundial) donde mandan los millonarios y no los gobiernos ya coparon casi todo el planeta para quedarse por mucho tiempo. Los partidos y frentes políticos se irán adaptando en diferentes minorías tolerantes entre sí o irán directo al placard, porque el mundo postpandemia tendrá su nuevo día uno, de su año cero.

Es la oportunidad. O entramos y nos subimos almundo queviene o seguimos retrocediendo. Porque ahora ya estamos cerca de llegar a equiparar la década infame de 1930.