Opinión

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Colegio San Roque

Alimentar la llama

La Maratón Nacional de Lectura, una ocasión para humanizar

El 25 de septiembre se desarrollaron en el Colegio San Roque, en ocasión de la Maratón Nacional de Lectura, actividades de narración, de producción literaria, de reflexión. Esta vez la cita fue a través de Zoom, pero la mediación tecnológica no fue obstáculo para contar, reír, emocionarnos, disfrutar y pensar juntos grandes y chicos.

Para la ocasión se eligió la narración como actividad estructurante del encuentro, aprovechando la formación como narradora de la Prof. Érica Basurto y las habilidades para contar historias de la Prof. Sandra Traverso, responsable del Taller de Letras. Las narraciones y los videos fueron los disparadores que posibilitaron rescatar moralejas, compartir emociones, pensar principios y finales alternativos. Entre las lecturas seleccionadas, se utilizó el pequeño texto de Eduardo Galeano llamado “El mundo”, que forma parte de su encantador “Libro de los Abrazos” y dice así:

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta contó. Dijo que había contemplado desde arriba, la vida humana.
Y dijo que somos un mar de fueguitos.
—El mundo es eso —reveló— un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.

No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tanta pasión que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende.

El texto, que está evidentemente referido a la condición humana, también puede ser leído relacionando su mensaje con la lectura. A través de un libro, uno puede ser astronauta, pirata, bailarina, científica, detective…por medio de la lectura, uno puede conocer ciudades y aldeas, caminar por bosques, bailar en palacios, navegar mares bravíos…en las páginas de un libro uno puede viajar en el tiempo, recrear la historia, entender épocas, hasta imaginar el futuro. Pero sobre todo, cuando uno lee siente: sufre cuando a los personajes les toca atravesar pesares, se alegra cuando les va bien, se emociona con la emoción del otro: llora y ríe en virtud de esa historia, sea real o imaginada. Y esa posibilidad de empatizar, de sentir lo que el otro, es de un potencial humanizador inconmensurable. Leer nos hace más humanos. Leer alimenta nuestra llama.

Chicos, grandes, todos, lean. Leamos. Leamos para nosotros y leamos, cuando se pueda, para otros. Es un ejercicio maravilloso cuyos efectos perduran para siempre. Leamos lo que sea, cómo sea y cuándo sea. Seamos, leyendo, la llama más alta, más brillante, más luminosa y más contagiosa que podamos ser.