Recientemente, a principios de abril, el Banco Mundial a través de una invitación a distintos países ha realizado una reunión virtual con la siguiente consigna: “Recuperación económica: Hacia un futuro verde, resiliente e inclusivo”.

Haciendo historia recordemos que los inicios del Banco Mundial se remontan a 1944, antes de que terminara la Segunda Guerra Mundial. Su primer objetivo fue la reconstrucción y el desarrollo en la posguerra, y la primera rama del Grupo Banco Mundial que se creó fue el BIRF, el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento. En la actualidad, está conformado por 189 países miembros, o accionistas, y funciona de manera similar a un banco sin fines de lucro: otorga préstamos a tasa fija y variable a los Gobiernos para financiar iniciativas de desarrollo, por ejemplo, para apoyar los gastos en agua potable, clima o educación.

Una segunda rama importante del Banco es la AIF, la Asociación Internacional de Fomento, que se creó en 1960 explícitamente para ayudar a los países más pobres. Tiene como objetivo reducir la pobreza mediante donaciones y préstamos a muy largo plazo y a tasa cero o cercana a cero. En el ejercicio que finalizó el 30 de junio de 2020, la AIF formuló compromisos para 305 proyectos por un total de USD 30 000 millones, de los cuales el 26 % correspondió a donaciones. Desde su creación, proporcionó unos USD 450 000 millones para inversiones en 114 países. La entidad constituye un canal eficaz para que los donantes brinden financiamiento en condiciones sumamente concesionarias a las naciones pobres.

La reunión mencionada se centró en la recuperación económica a través de tres perspectivas amplias: Sostenibilidad: ¿cómo podemos lograr una recuperación verde y reconstruir sistemas económicos para utilizar mejor los recursos y crear un futuro respetuoso del clima?

Resiliencia e innovación: ¿cómo las empresas pueden reinventarse para crear más empleos y de qué manera los Gobiernos pueden encontrar nuevas formas de transformar la crisis en una oportunidad de crecimiento? ¿Cómo los jóvenes pueden evitar el riesgo de ser parte de una "generación perdida"?

Inclusión: ¿cómo los responsables de formular las políticas pueden garantizar que todos se beneficien de la recuperación y la desigualdad no se agrave? Esto incluye poner atención en las formas en que la pandemia ha afectado desproporcionadamente a las mujeres y las niñas.

Para revertir la fragilidad post pandemia, afirman todos los exponentes, que habrá que aplicar estrategias integradas y a largo plazo que tengan como eje el desarrollo verde, resiliente e inclusivo. Aclaran que esto debe estar alineado con la necesidad de contar con políticas que ayuden a los países a incrementar la alfabetización, reducir el retraso del crecimiento y la malnutrición, garantizar acceso al agua potable y la energía, y mejorar la atención de la salud.

Al respecto el Presidente del Grupo Banco Mundial, David Malpass, enfatizo en que “el mundo está elaborando una perspectiva más adecuada para el futuro. Nuestras respuestas colectivas a la pobreza, el cambio climático y la desigualdad serán las decisiones que definirán nuestra era”.

Insiste en explicar que se debe avanzar urgentemente para generar oportunidades y soluciones. Sobre el tema advierte que la AIF, debido a la gravedad de la pandemia, pudo acelerar de forma significativa sus compromisos de financiamiento en 2020, y que sus accionistas han aceptado reponer tempranamente los recursos de la entidad para que pueda mantener los actuales niveles elevados de asistencia a los países más pobres. La meta es concluir para diciembre una ambiciosa reposición de fondos con el apoyo de los principales contribuyentes mundiales.

En líneas generales el COVID-19 impone que reveamos nuestras decisiones en materia de políticas, y de cara al futuro, poder evitar los errores del pasado, aplicando estrategias integradas a largo plazo.

En esta línea de pensamiento tanto el sector público como el privado tienen un importante y necesario papel; y toda la sociedad en este esquema de reconstrucción, está llamada a mancomunarse para lograr una sociedad que crezca con la inclusión y el esfuerzo de todos sus sectores.

Hoy tenemos la oportunidad histórica de cambiar el curso de los hechos. Se trata de una oportunidad que no podemos dejar pasar.

 

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