Especial

Literatura

Campana Amanecer Literario

Fábula de la oveja y la serpiente

Estaba la astuta serpiente, tratando de obtener un abrigo para el frío invierno que se
aproximaba, cuando se cruzó con una oveja que se encontraba pastando a orillas del
camino.
- ¡buenos días! Señora oveja. ¡Que hermoso pelaje tiene! –Le dijo la serpiente-
- muchas gracias señora serpiente, pero no creo que sea para tanto –contestó la oveja
extrañada ante los elogios de la víbora-
- ¡pero querida no seas tan modesta! A lo largo de mis años, que son muchos, jamás vi
vello tan suave y reluciente. Con semejante melena tu figura es de una reina y tus pies
no deberían tocar estos burdos pastos sino que tendrían que estar sobre refinado pedestal
que sostenga un trono para tan digna belleza.
Ante tantos cumplidos la inocente ovejita comenzó a enorgullecerse y creyendo en las
palabras del reptil comenzó a admirar su sombra que se proyectaba sobre el pastizal.
- ¡pero que pena! ¡Que pena! Continuó la muy bribona
- ¿que ocurre? –se sorprendió la oveja
- ¡que pena! -Insistía la maliciosa serpiente-
- con tan bello abrigo es una lastima lo sucio que se encuentra.- con esta y otras palabras
el animal trató de convencerla de que su ropaje estaba sucio y de esta manera no lucía
como debería y ella se ofrecía a llevárselo a su parienta quién lo dejaría en perfectas
condiciones.
La oveja que ya a esta altura de la conversación se había envanecido de tal forma que
estando a punto de quitarse su precioso abrigo cayó en la cuenta de que estaba siendo
engañada por el bicho, le dijo con sutileza:
- ¡Cuanto le agradezco señora víbora! Sus bellos cumplidos, y su tan esmerada atención,
pero para quitarme el abrigo necesito su ayuda. ¿Podría usted tirar con su boca de esta
punta? -Dijo la ovejita señalando una hebra que sobresalía de su costado derecho- ¿y
con su cola –agregó- sostener esta otra punta?
-Con mucho gusto -.exclamó la serpiente segura de apoderarse de la lana-
Pero apenas ésta agarró el hilo, la oveja comenzó a dar vueltas hasta dejar enredada
completamente a la serpiente quedando apresada allí durante todo el invierno.
Moraleja: la mentira es nuestra propia trampa en la que tarde o temprano terminamos
enredados.

ROSSANA COSCI