Conocer en profundidad acerca de este apasionante hobby nos dará la respuesta.
El aeromodelismo ha sido considerado durante mucho tiempo una actividad destinada a un público selecto y de élite. Presunciones acerca de lo costoso de los modelos radiocontrolados, la necesidad de contar con conocimientos técnicos o muy específicos acerca del manejo de los mismos, desconocimiento sobre los lugares habilitados para tal fin, imaginar una ubicación muy alejada de los mismos, grado de dificultad de la actividad en sí, etc., determinan que algunas personas concluyan, apresuradamente, que la actividad no es para ellos.
Qué es el aeromodelismo?
Algunos lo definen como un hobby, otros como un deporte y los más fanáticos, una pasión. Lo cierto es que la FAI (Federación de Aeronáutica Internacional) lo considera una sección de la aviación deportiva, la cual posee dos vertientes: la más creativa y “científica” que implica -partiendo de conocimientos básicos de aerodinámica, mecánica y electrónica- el diseño y la construcción de los aeromodelos. Y la otra, la vertiente deportiva, que consiste en hacer volar a los mismos, participar en exhibiciones, competencias, etc.
Los aeromodelos suelen ser réplicas (a escala más pequeña) de aviones reales, ya existentes, o también pueden ser modelos creados especialmente para la actividad, preparados para volar sin piloto ni tripulación y generalmente manejados a radiocontrol.
Veamos ahora en detalle algunas variables a tener en cuenta para intentar responder la pregunta inicial.
Comencemos por los que tendrían que ver con lo específico de cada persona postulante o interesada en adentrarse en el aeromodelismo:
Edad: el aeromodelismo puede practicarse desde corta edad. Niños de 6 años en adelante están aptos para dar sus primeros pasos en la actividad. En cuanto al límite de edad para desarrollarla, no lo hay, dependerá, como en muchos otras actividades deportivas o recreativas, del placer, entusiasmo y vocación, que la persona sienta por la misma.
Sexo: si bien los varones son los que predominantemente eligen esta actividad, el sexo no es un limitante. Algunas mujeres se han animado a incursionar en la misma, demostrando que lo importante en esto es la vocación, las ganas y la pasión que despierta.
Conocimientos: estos se pueden adquirir en los lugares donde se practica el aeromodelismo (aeroclubes, agrupaciones, etc), contando con el asesoramiento y tutoría de los instructores designados para tal fin o de los propios socios aeromodelistas, quienes cuentan con los conocimientos necesarios y la experiencia personal que gustosamente querrán transmitir a los principiantes. También pueden incorporarse conocimientos básicos de técnicas de vuelo o sobre el armado de los modelos de manera autodidacta, por ejemplo, recurriendo a los tutoriales existentes en distintas plataformas digitales o leyendo revistas especializadas sobre aeromodelismo.
Personalidad del aspirante: es necesario contar con una dosis alta de paciencia, de perseverancia, de concentración y dedicación. Al comienzo, probablemente, las cosas no salgan como se esperaba, algunos modelos se rompan, se dañen, se necesite repararlos,
reconstruirlos. Poder controlar la frustración, ser constantes, mantener el entusiasmo alto y un objetivo claro, ayudan a ganar seguridad y habilidad en el manejo de los modelos.
Sigamos ahora por los relativos a lo material:
Presupuesto: se requiere de una inversión inicial para adquirir el primer aeromodelo, el motor que este requiera y una radio para comandarlo, pero estos suelen durar varios años y demandan poco mantenimiento, e incluso distintos aeromodelos pueden ser comandados por el mismo equipo de radio. Existen en el mercado distintas opciones según el presupuesto del aspirante, algunos modelos más económicos (como los fabricados en serie, con todo lo necesario para volar, realizados con materiales de espuma sintética), otros de costo medio y los que poseen un valor elevado. El modelo adecuado para cada aspirante será aquel que tenga en cuenta el nivel de conocimiento sobre la práctica y la técnica que éste posea y que, por otro lado, sea accesible a su bolsillo.
Hay en el mercado distintos modelos para cada necesidad. Un kit de complementos, tales como pegamentos, arrancador, batería, herramientas, accesorios varios, etc, son los que completan todo lo necesario para el desarrollo de la actividad.
Lugares habilitados: en la provincia de Buenos Aires así como en el resto del país, existen clubes o agrupaciones preparadas y habilitadas para desarrollar la actividad. Asociarse a éstas generalmente es sencillo y rápido, y dependiendo del lugar, serán los valores de la cuota.
Por ejemplo, la Agrupación Aeromodelistas Zarate, ubicada en el predio del aeródromo de Zarate (Colectora norte, ruta nacional N° 9, KM 89.5) es una de las opciones dentro de la provincia de Bs As. Con una cuota mínima, los que quieran formar parte de la agrupación, podrán disfrutar de esta actividad deportiva los fines de semana. Además la misma ofrece una jornada de prueba para quien desee comenzar a volar un modelo, el cual es facilitado por la agrupación para ese fin. Estableciendo una comunicación previa con la agrupación, se puede coordinar día y horario para conocer el predio, lo que los aficionados realizan allí o hacer el vuelo de prueba.
Para saber más, comunicarse a
http://aaz.ar o al
Instagram: @agrupacionaeromodelismozarate.
Para concluir, aquellos lectores que sientan interés por conocer más sobre el aeromodelismo y hacer la propia experiencia de volar un modelo radiocontrolado, los invitamos a que den el primer paso y se animen e incursionar en este fascinante hobby.
Escribe Maria F. González
Para Agrupación Aeromodelistas Zarate