Sujetando las riendas del destino
es una sombra que a mi lado pasa
sentado en un viejo coche de plaza
va siguiendo las huellas del camino.
Yo lo vi monologar con sus penas
cuando esperaba el último viaje
enfundado en ese negro traje
con su gorra y su sonrisa buena.
El progreso lo alcanzó, ya es pasado
se le vinieron encima los años
si sabrá de amores, desengaños,
idilios truncos, sueños destrozados.
Los remiendos de esa vieja capota,
refugio de pasadas madrugadas
y en sus ojos de ojeras cansadas
esa lágrima que de pronto brota.
Tal vez soñaba, con llegar al cielo
y pasear su trote en las estrellas,
besar la luna mágica doncella
con su mateo, en un raudo vuelo.
Y se irá apagando su latir
su choche flotará en el olvido,
escapando de la nieva y del frio
buscará un lugar para morir.
RAUL ROMULO BERRA
Del libro “Amalgama” 2019