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30 años de trayectoria
31/12/2017 06:00

Ferretería Ruíz e Hijos, donde hacés de tu casa el hogar que querés

Ubicada en la calle José Hernández, al 900, del Barrio Las Acacias, sinónimo de calidad y calidez en la atención. Un repaso por los inicios, el “fiado”, la modernización. De padre a hijos, y de estos a los nietos. No solo en el emprendimiento comercial, sino también en las generaciones de clientes-vecinos-amigos, elija usted el rotulo, de los “visitantes” de la Ferretería. 
Isidro y Cristina. Jennifer, Martín, Sabrina, Marcelo, y las nietitas Abril y Celeste. La familia Ruíz posa para la foto. Ruíz e hijos. Si, los de la Ferretería del barrio Las Acacias. Los que cumplen 30 años de rica trayectoria comercial. La del slogan: Ferretería Ruíz e Hijos, donde hacés de tu casa el hogar que querés…

Último sábado del año 2017. Casi mediodía. Calor agobiante si los hay, para despedir el año. Puerta abierta. Clientes varios, muchos, hasta haciendo fila en la calle. Si hay gente, es porque se atiende bien y los problemas que se tienen, dejan de serlo para tener una solución.

Isidro lleva la voz cantante, rodeado de su señora e hijos, yerno y nuera. Sus nietas van y vienen. “En este tiempo que hemos pasado, 30 años significan algo grandioso. Porque estamos todavía firmes con el negocio y, si bien hay momentos que más y otros no, creciendo. Siempre con el respaldo y la ayuda de la familia, por eso el nombre de Ferretería Ruíz e Hijos”.

A la vez que agregó: “Crecimiento que a la par de la familia va también a la par del barrio. El agradecimiento mayor es para el vecino, quien nos da de comer todos los días. Año a año tratamos de mejorar, justamente a partir de la renovación de nuestros hijos, que implementan en el negocio nuevas tecnologías y sistemas, para mejorar la atención y la calidad al cliente”.

Cuando lo consultamos sí así como en la ferretería empezó Ruíz padre y hoy los hijos, en la clientela pasó lo mismo, la visita de un vecino y luego de su hijo, respondió: “Y el nieto también. Cuando arrancamos, yo tenía la modalidad de traer caramelos para dar vuelto, porque no había monedas para el cambio. Pero siempre se los llevaban los chicos. Esos que hoy, con 25 años vienen y se acuerdan de que pasaban y que gritaban que querían los caramelos”.

En muchos comercios, un “sistema” que ha ido desapareciendo, es el anotar lo que el cliente compraba en un cuaderno, que oficiaba de cuenta, porque se “fiaba” cuando no había dinero. ¿Cómo hacían los Ruíz? “Por supuesto que fiamos, porque así somos los negocios de barrio, más allá de que esto es un negocio-empresa, y apuntamos al crecimiento con y como familia”.

Su continuidad en el relato fue: “Si bien va a la par de otros emprendimientos, ferretería porque quizás uno lo “mamó” de chico. Yo era muy chico cuando empecé a trabajar en una panadería y en una ferretería. Y como que la ferretería Barnetche (NdR: en la “Real” (hoy Av. Rocca) esquina Dr. De Dominicis) nos dio el puntapié de enseñanza de como se maneja un emprendimiento y como se trata al cliente. Principalmente al cliente, porque si no lo atendemos bien en todo sentido, con calidad, atención y respeto, él no vuelve y el negocio no funciona”.

Dicha respuesta nos dio pie a la siguiente pregunta-comentario: hay una despensa en el barrio, en la esquina de la ferretería, también de otros integrantes de la Familia Ruíz, que cumplieron 50 años en el barrio. Es un crecimiento de la familia, en distintos rubros comerciales, a la par del barrio, o (risas de por medio) los Ruíz se instalaron antes que el barrio…

“Bueno, el finado de mi papá y mi mamá vinieron cuando recién comenzaba el barrio, nosotros éramos muy pequeños. Se arrancó con la carnicería, que no está, y con la despensa. Que ya se tiraba a ramos generales, porque no había pilas o lámparas, un cable, entonces, mis hermanas trataban de traer para darle siempre una mejor atención al cliente”.

¿Una situación? ¿Una anécdota? “Aaaaahhhh… (sorpresa, luego silencio, los ojos que se mueven de un lado al otro como repasando rápidamente una película) Un montón. De las buenas y las malas, quizás por algo de inseguridad. Siempre apuntamos a lo positivo. Puede ser que mis nietas acoplan los “coditos”, como mis hijos lo hacían de chiquitos. También, una vez que a mi hijo no lo encontrábamos y se había dormido y caído hacia el interior de unas mangueras, y lo buscábamos y no aparecía, hasta que seguimos el rastro de esos “coditos” que armaba”, manifestó Isidro, buscando con las miradas los gestos de aprobación y/o sorpresa de sus familiares.

Por último, quisimos saber en estos 30 años de trayectoria, que encuentra como hecho importante en materia crecimiento, afirmó: “La modernización. Sin dudas. En nuestro negocio la implementó mi hijo, y mi hija que también apoyaba. Ellos trajeron la modernización y fue muy importante y positivo para el crecimiento del negocio, para mejorar la calidad de la atención, para darle una mejor calidad de atención al cliente”.

La nota había terminado, los agradecimientos no: “A los vecinos, porque somos amigos, parientes. Son muchos años de conocimiento, y se valora la relación. Ellos nos siguen respaldando, año a año, y nosotros al cliente también. El vecino vuelve porque cuando se encuentra con una dificultad en su casa, viene a la ferretería a veces sin saber que necesita, y hasta sin el horario de atención, e igual lo atendemos. Los asesoramos, hemos ido hasta la casa del vecino para ver como arreglar el inodoro o depósito, o como decía aquella publicidad que se había roto “el coso del cosito”, buscando que siempre se solucione el problema del cliente”.

La foto, un símbolo. La familia Ruíz unida, en un alto de la atención sabatina. Reunida al pie del arbolito de Navidad, como deseo de paz, prosperidad y trabajo para todos. Y con artículos de la Ferretería que, sorteo mediante, irán como regalo para los vecinos-amigos-clientes, elijan ustedes el orden, ¿acaso importa? Si ellos entienden al barrio todo como lo que son: una Familia.
 
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