Ernesto Corti: “Los cimientos de mi carrera se los debo a Villa Dálmine y a Campana”
Sentenció “Carucha”, el ex jugador “violeta” en aquella campaña de 1985, ante rivales y nombres de fuste. Un mal inicio que luego se enderezó, y hasta tuvo un triunfo histórico en nuestra ciudad, ante Racing Club.

40 partidos jugados y 1 gol (a El Porvenir, en Campana) con la camiseta de Villa Dálmine en una temporada, la 1985 de la Primera “B” Metropolitana que no empezó para nada bien y que, a más de uno, lo hizo dudar sobre el resultado final…
Primeros 6 partidos con 6 derrotas: Atlanta, Quilmes, Banfield, Lanús, Racing Club y San Miguel. Chau DT Eriberto Righi y llegada de Roberto Resquín. En el medio, interinato en Rosario de la Subcomisión de Fútbol con victoria 3-1 ante Argentino de Rosario.
Entre otros equipos del certamen, también mencionamos a Colón (Santa Fé), Nueva Chicago, Estudiantes (Caseros), Sarmiento (Junín), All Boys, Defensores de Belgrano, Almirante Brown, Los Andes…
Tiempos de Miguel Ángel Colombatti, Horacio Attadía y Walter Fernández, con Agustín Cejas como DT de Racing, luego reemplazado por el “Coco” Basile; Jorge Fossati, Daniel Sperandío, Claudio Scalise, Raúl de la Cruz Chaparro y DT Pedro Marchetta (Rosario Central); Ramón Mántaras y Héctor Ártico, los centrales, y Edgardo Paruzzo, como delantero, en Tigre; Mario Franceschini y Miguel Ángel Converti, en Banfield; Gilmar Gilberto Villagrán, Humberto Váttimos y José Felipe Perassi, en Lanús, por citar algunos…
Entre los de nuestra ciudad, las primeras apariciones de José Horacio “nene” Basualdo. De Alberto Salvaggio, en el arco; de otro cordobés como Sergio “huinca” Céliz, en el fondo; la magia de un 10 como pocos, Francisco Ramón “chiquín” Portillo, y una muy buena dupla ofensiva como Carlos “puma” Guerrero (14 goles en 26 partidos) y del también ex Instituto, Germán “pani” Panichelli (19 goles en 42 partidos).
CampanaNoticias rastreó su contacto vía Córdoba (NdR: gracias al colega y amigo Mateo Ferrer, hombre de aquella provincia y profesional de la cadena Fox Sports).
¿Cómo está llevando este momento de pandemia y cuidados? ¿Cómo es la situación en México?
Estamos en Metepec, en Toluca. Con mis hijos Emiliano y Fabricio, mi señora quedó varada en Córdoba, no pudo llegar, y mi otro hijo vive allá. Estamos en una emergencia sanitaria, pero con diferencias con relación a Argentina. Acá podés salir y moverte, pero la gente hizo caso y se cuida. Igualmente, los restaurantes, bares y comercios están cerrados. No hay clases. SI farmacias y supermercados, los trabajos esenciales si permanecen abiertos.
¿Qué recuerda de su llegada a Campana? Vino con otros cordobeses, como Germán Panichelli, Sergio Céliz…
Yo esta en Instituto, fue mi primera salida de Córdoba. Buscaba continuidad, poder jugar, y en Córdoba no estaba pudiéndo hacerlo. Hablé con un dirigente, Santiago Semino, quien luego fue Presidente, y le planteé mi situación, que quería jugar. A la noche me llamó, me dijo que se había comunicado Ragussa, el Preparador Físico que trabajaba con Righi en Dálmine, para ver si quería ir, y le dije que sí. El equipo llegaba de un ascenso, de la mano del “Hueso” Glaría y participamos de un torneo durísimo, por jerarquía de rivales y nombres de jugadores también.
¿Qué balance hace de su paso por Villa Dálmine?
No empezamos bien, para nada bien. Perdimos todo en los primeros partidos. No sumamos. Hay una decisión de cambiar al director técnico y llegó Roberto Resquín. Empezamos a sumar, ganamos, y empezaron a seguir viniendo esos buenos resultados. Teníamos un muy buen plantel. Recuerdo a Salvaggio, Sayago, “Gato” Jeréz, “Pepe” Basualdo en un gran nivel. Portillo también. Los de arriba estaban muy bien, Guerrero y Panichelli… Nos faltó muy poco para poder entrar al Reducido.
La gente “violeta” todavía recuerda el 3-1 en Campana a Racing Club, y el doble partido, 2-2- final contra Rosario Central en Arroyito, ¿y usted?
Fue importantísimo para todos. Para el club, para los hinchas, para nosotros los jugadores. Para la ciudad fue tremendo porque era una de las primeras veces que llegaba uno de los “grandes”. Miércoles, a la tarde y con lluvia. Ese equipo de Racing que dirigía el “Coco” Basile (NdR: empezó con Agustín Cejas, en Campana dirigió Vicente Cayetano Rodríguez, terminaría con Alfio; ese día 1-0 abajo, los 2 goles de Guerrero para darlo vuelta, el últio desde la mitad de la cancha y de emboquillada), y que luego ascendería vía Reducido porque Central ganó prácticamente de punta a punta el torneo. Se decía que la Empresa Siderca había dado como un asueto a su personal porque verdaderamente era un acontecimiento. Y la cancha… ¡estaba que explotaba! Me acuerdo de que los dirigentes hicieron una revista especial, por ese enfrentamiento en particular, la tengo todavía en Córdoba, con recuerdos de mi carrera. La verdad fue un partidazo del equipo y los pasamos por arriba. Mientras que contra Central fue especial por todo: si ellos ganaban daban la vuelta, ascendía como 4 o 5 fechas antes, a nosotros nos servía sumar para el Reducido, ya sin tanta presión de permanencia. Ganábamos 1 a 0, de a poquito como que la cancha se empezó a “inclinar” hacia nuestro arco, cosas que suelen pasar… Nos ganaban 2-1, faltaban 6 o 7 minutos, entró la gente a festejar y se suspendió. Después tuvimos que viajar nuevamente a Rosario, a jugar dos tiempos de 3 minutos, increíble. De movida, gol de “Pani” y lo empatamos, damos vuelta y nos perdimos el tercero y terminó el partido…
Aquella campaña que no empezó para nada bien con la permanencia pero que luego tuvo un desenlace muy bueno desde la cosecha de puntos… Desde el juego contra la “Academia” y hasta el final del Torneo, Dálmine terminó invicto en 16 de los 17 partidos, solo perdió contra All Boys… ¿Qué tenía ese equipo?
Es que salvo el arranque hicimos una campaña muy buena, el equipo se fue juntando, uniendo, teníamos grandes jugadores, en muy buen nivel. Como te decía antes, Portillo y Basualdo en el medio, los de arriba hacían goles, todos metíamos… Y por poco no pudimos pelear más arriba, o entrar al Reducido.
Era una categoría sumamente competitiva por nombres de equipos y por jugadores y DT…
Si, muy difícil, muy dura, con grandes equipos, muchos que están hoy en primera. Con tremendos jugadores. En lo personal era mi primera salida de Córdoba. Yo quería jugar, para poder tener luego la posibilidad de pelear un puesto en Instituto, y volví y el esfuerzo valió porque fui titular, y 18 meses después Timoteo Griguol y River Plate me vinieron a buscar… Sin lugar a duda, los cimientos de mi carrera se los debo a Villa Dálmine y a Campana.
¿Qué significa ser capitán y campeón en River Plate?
Es un orgullo y una satisfacción llevar la cinta. Y el título es la coronación. Soy un agradecido a mis compañeros porque en los 4 equipos donde estuve: Instituto, Villa Dálmine, River Plate y Toluca, fui capitán, ellos me eligieron. El esfuerzo, el ser profesional, ser buena persona, todo suma para eso…
Agradeciéndole la entrevista, la despedida es suya…
Quiero saludar a toda la gente de Campana, a los socios y simpatizantes de Villa Dálmine, a mis compañeros de ese entonces… Soy siempre un agradecido a Villa Dálmine. La pasamos muy bien todos, en lo deportivo y en lo humano. Y como te decía, fueron los cimientos de mi futura carrera. Te voy a contar una anécdota para graficar el grupo y el momento vivido. Con el grupo hicimos una promesa, que si nos salvábamos del descenso nos íbamos caminando a Luján, a agradecer… Jugamos por los puntos el sábado, y el domingo nos juntamos a la mañana: jugamos un picado, Dios tenga en la gloria al papá de Germán Panichelli quien ese día nos hizo un “asadazo” y como a las 17hs todos empezamos a caminar rumbo a Lujan. ¡Y cumplimos! Llegamos como a las 6 de la mañana del día siguiente. Siempre hay que ser agradecido. Gracias por la nota, un abrazo a toda la gente de Campana.
Primeros 6 partidos con 6 derrotas: Atlanta, Quilmes, Banfield, Lanús, Racing Club y San Miguel. Chau DT Eriberto Righi y llegada de Roberto Resquín. En el medio, interinato en Rosario de la Subcomisión de Fútbol con victoria 3-1 ante Argentino de Rosario.
Entre otros equipos del certamen, también mencionamos a Colón (Santa Fé), Nueva Chicago, Estudiantes (Caseros), Sarmiento (Junín), All Boys, Defensores de Belgrano, Almirante Brown, Los Andes…
Tiempos de Miguel Ángel Colombatti, Horacio Attadía y Walter Fernández, con Agustín Cejas como DT de Racing, luego reemplazado por el “Coco” Basile; Jorge Fossati, Daniel Sperandío, Claudio Scalise, Raúl de la Cruz Chaparro y DT Pedro Marchetta (Rosario Central); Ramón Mántaras y Héctor Ártico, los centrales, y Edgardo Paruzzo, como delantero, en Tigre; Mario Franceschini y Miguel Ángel Converti, en Banfield; Gilmar Gilberto Villagrán, Humberto Váttimos y José Felipe Perassi, en Lanús, por citar algunos…
Entre los de nuestra ciudad, las primeras apariciones de José Horacio “nene” Basualdo. De Alberto Salvaggio, en el arco; de otro cordobés como Sergio “huinca” Céliz, en el fondo; la magia de un 10 como pocos, Francisco Ramón “chiquín” Portillo, y una muy buena dupla ofensiva como Carlos “puma” Guerrero (14 goles en 26 partidos) y del también ex Instituto, Germán “pani” Panichelli (19 goles en 42 partidos).
CampanaNoticias rastreó su contacto vía Córdoba (NdR: gracias al colega y amigo Mateo Ferrer, hombre de aquella provincia y profesional de la cadena Fox Sports).
¿Cómo está llevando este momento de pandemia y cuidados? ¿Cómo es la situación en México?
Estamos en Metepec, en Toluca. Con mis hijos Emiliano y Fabricio, mi señora quedó varada en Córdoba, no pudo llegar, y mi otro hijo vive allá. Estamos en una emergencia sanitaria, pero con diferencias con relación a Argentina. Acá podés salir y moverte, pero la gente hizo caso y se cuida. Igualmente, los restaurantes, bares y comercios están cerrados. No hay clases. SI farmacias y supermercados, los trabajos esenciales si permanecen abiertos.
¿Qué recuerda de su llegada a Campana? Vino con otros cordobeses, como Germán Panichelli, Sergio Céliz…
Yo esta en Instituto, fue mi primera salida de Córdoba. Buscaba continuidad, poder jugar, y en Córdoba no estaba pudiéndo hacerlo. Hablé con un dirigente, Santiago Semino, quien luego fue Presidente, y le planteé mi situación, que quería jugar. A la noche me llamó, me dijo que se había comunicado Ragussa, el Preparador Físico que trabajaba con Righi en Dálmine, para ver si quería ir, y le dije que sí. El equipo llegaba de un ascenso, de la mano del “Hueso” Glaría y participamos de un torneo durísimo, por jerarquía de rivales y nombres de jugadores también.
¿Qué balance hace de su paso por Villa Dálmine?
No empezamos bien, para nada bien. Perdimos todo en los primeros partidos. No sumamos. Hay una decisión de cambiar al director técnico y llegó Roberto Resquín. Empezamos a sumar, ganamos, y empezaron a seguir viniendo esos buenos resultados. Teníamos un muy buen plantel. Recuerdo a Salvaggio, Sayago, “Gato” Jeréz, “Pepe” Basualdo en un gran nivel. Portillo también. Los de arriba estaban muy bien, Guerrero y Panichelli… Nos faltó muy poco para poder entrar al Reducido.
La gente “violeta” todavía recuerda el 3-1 en Campana a Racing Club, y el doble partido, 2-2- final contra Rosario Central en Arroyito, ¿y usted?
Fue importantísimo para todos. Para el club, para los hinchas, para nosotros los jugadores. Para la ciudad fue tremendo porque era una de las primeras veces que llegaba uno de los “grandes”. Miércoles, a la tarde y con lluvia. Ese equipo de Racing que dirigía el “Coco” Basile (NdR: empezó con Agustín Cejas, en Campana dirigió Vicente Cayetano Rodríguez, terminaría con Alfio; ese día 1-0 abajo, los 2 goles de Guerrero para darlo vuelta, el últio desde la mitad de la cancha y de emboquillada), y que luego ascendería vía Reducido porque Central ganó prácticamente de punta a punta el torneo. Se decía que la Empresa Siderca había dado como un asueto a su personal porque verdaderamente era un acontecimiento. Y la cancha… ¡estaba que explotaba! Me acuerdo de que los dirigentes hicieron una revista especial, por ese enfrentamiento en particular, la tengo todavía en Córdoba, con recuerdos de mi carrera. La verdad fue un partidazo del equipo y los pasamos por arriba. Mientras que contra Central fue especial por todo: si ellos ganaban daban la vuelta, ascendía como 4 o 5 fechas antes, a nosotros nos servía sumar para el Reducido, ya sin tanta presión de permanencia. Ganábamos 1 a 0, de a poquito como que la cancha se empezó a “inclinar” hacia nuestro arco, cosas que suelen pasar… Nos ganaban 2-1, faltaban 6 o 7 minutos, entró la gente a festejar y se suspendió. Después tuvimos que viajar nuevamente a Rosario, a jugar dos tiempos de 3 minutos, increíble. De movida, gol de “Pani” y lo empatamos, damos vuelta y nos perdimos el tercero y terminó el partido…
Aquella campaña que no empezó para nada bien con la permanencia pero que luego tuvo un desenlace muy bueno desde la cosecha de puntos… Desde el juego contra la “Academia” y hasta el final del Torneo, Dálmine terminó invicto en 16 de los 17 partidos, solo perdió contra All Boys… ¿Qué tenía ese equipo?
Es que salvo el arranque hicimos una campaña muy buena, el equipo se fue juntando, uniendo, teníamos grandes jugadores, en muy buen nivel. Como te decía antes, Portillo y Basualdo en el medio, los de arriba hacían goles, todos metíamos… Y por poco no pudimos pelear más arriba, o entrar al Reducido.
Era una categoría sumamente competitiva por nombres de equipos y por jugadores y DT…
Si, muy difícil, muy dura, con grandes equipos, muchos que están hoy en primera. Con tremendos jugadores. En lo personal era mi primera salida de Córdoba. Yo quería jugar, para poder tener luego la posibilidad de pelear un puesto en Instituto, y volví y el esfuerzo valió porque fui titular, y 18 meses después Timoteo Griguol y River Plate me vinieron a buscar… Sin lugar a duda, los cimientos de mi carrera se los debo a Villa Dálmine y a Campana.
¿Qué significa ser capitán y campeón en River Plate?
Es un orgullo y una satisfacción llevar la cinta. Y el título es la coronación. Soy un agradecido a mis compañeros porque en los 4 equipos donde estuve: Instituto, Villa Dálmine, River Plate y Toluca, fui capitán, ellos me eligieron. El esfuerzo, el ser profesional, ser buena persona, todo suma para eso…
Agradeciéndole la entrevista, la despedida es suya…
Quiero saludar a toda la gente de Campana, a los socios y simpatizantes de Villa Dálmine, a mis compañeros de ese entonces… Soy siempre un agradecido a Villa Dálmine. La pasamos muy bien todos, en lo deportivo y en lo humano. Y como te decía, fueron los cimientos de mi futura carrera. Te voy a contar una anécdota para graficar el grupo y el momento vivido. Con el grupo hicimos una promesa, que si nos salvábamos del descenso nos íbamos caminando a Luján, a agradecer… Jugamos por los puntos el sábado, y el domingo nos juntamos a la mañana: jugamos un picado, Dios tenga en la gloria al papá de Germán Panichelli quien ese día nos hizo un “asadazo” y como a las 17hs todos empezamos a caminar rumbo a Lujan. ¡Y cumplimos! Llegamos como a las 6 de la mañana del día siguiente. Siempre hay que ser agradecido. Gracias por la nota, un abrazo a toda la gente de Campana.