Motín en la Unidad Penitenciaria: rompieron toda una cárcel
Fuentes del servicio penitenciario aseguran que el estado en el que quedó la Unidad N°21 es “desastroso”. Reclusos se amotinaron y tomaron los distintos pabellones. Llegaron hasta los techos, pero en el interior, destruyeron todo a su paso. Hubo heridos entre los detenidos, a diferencia del personal del servicio que resultó ileso.

El complejo penitenciario de nuestra Ciudad no estuvo ajeno al conflicto que generó violentos incidentes en varias cárceles de la provincia, como San Martín, Junín, Melchor Romero y Florencio Varela. Las protestas comenzaron el lunes pasado, en primer lugar en la Unidad Penitenciaria N°42 de Florencio Varela, en donde los internos anunciaron una huelga de hambre que luego se replicó en otros complejos carcelarios.
Principalmente solicitaban que se reanude el régimen de visitas, que fue suspendido desde el comienzo de las medidas preventivas por la pandemia. Ante estos pedidos, los detenidos tomaron los techos de los inmuebles.
Cerca del mediodía, los primeros incidentes se originaban en la Unidad 21, y luego llegarían hasta la 41 de nuestra Ciudad. Autoridades del Servicio Penitenciario reunieron a todo el personal, convocando incluso a quienes se encontraban de franco o de vacaciones.
Los internos lograron llegar hasta los techos en distintos sectores de la cárcel. Según trascendió, los reclusos de la Unidad 41 alcanzaron un acuerdo sin que se produjeran incidentes. A diferencia de lo ocurrido en la 21, donde se encuentra el sector de máxima seguridad. Allí, la violencia fue notoria.
La revuelta habría tenido epicentro en el pabellón 4, donde los internos “ganaron” las instalaciones y obligaron al personal a replegarse. A su paso, fueron incendiando y destruyendo todo. También las áreas médicas y administrativas.
Refuerzos tuvieron que intervenir. Hubo disparos de balas de goma, y varios reclusos resultaron heridos. No así el personal uniformado, que salió ileso y logró restablecer el orden. Ambulancias del Same y Bomberos Voluntarios participaron del operativo especial. En la puerta del complejo, familiares de los detenidos se convocaron ante la grave situación que tenía lugar puertas adentro.
Finalmente, autoridades del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos del Gobierno de la provincia de Buenos Aires, junto con representantes del Poder Judicial, Organismos de Derechos Humanos y representantes de los internos de distintas unidades carcelarias acordaron la habilitación de las visitas a los penales a partir del sábado 14 de noviembre.
A pesar de que un vocero del Servicio Penitenciario Bonaerense aclaró que "el restablecimiento de las visitas familiares presenciales implica una articulación coordinada de varios ministerios y municipios para la puesta en marcha de los protocolos, algo que no se puede implementar de un día para otro", horas más tarde el organismo provincial decidió establecer las primeras visitas para el 14 de noviembre.
Las imágenes demuestran el estado en el que quedó la Unidad 21. Para muchos, inutilizable.
Principalmente solicitaban que se reanude el régimen de visitas, que fue suspendido desde el comienzo de las medidas preventivas por la pandemia. Ante estos pedidos, los detenidos tomaron los techos de los inmuebles.
Cerca del mediodía, los primeros incidentes se originaban en la Unidad 21, y luego llegarían hasta la 41 de nuestra Ciudad. Autoridades del Servicio Penitenciario reunieron a todo el personal, convocando incluso a quienes se encontraban de franco o de vacaciones.
Los internos lograron llegar hasta los techos en distintos sectores de la cárcel. Según trascendió, los reclusos de la Unidad 41 alcanzaron un acuerdo sin que se produjeran incidentes. A diferencia de lo ocurrido en la 21, donde se encuentra el sector de máxima seguridad. Allí, la violencia fue notoria.
La revuelta habría tenido epicentro en el pabellón 4, donde los internos “ganaron” las instalaciones y obligaron al personal a replegarse. A su paso, fueron incendiando y destruyendo todo. También las áreas médicas y administrativas.
Refuerzos tuvieron que intervenir. Hubo disparos de balas de goma, y varios reclusos resultaron heridos. No así el personal uniformado, que salió ileso y logró restablecer el orden. Ambulancias del Same y Bomberos Voluntarios participaron del operativo especial. En la puerta del complejo, familiares de los detenidos se convocaron ante la grave situación que tenía lugar puertas adentro.
Finalmente, autoridades del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos del Gobierno de la provincia de Buenos Aires, junto con representantes del Poder Judicial, Organismos de Derechos Humanos y representantes de los internos de distintas unidades carcelarias acordaron la habilitación de las visitas a los penales a partir del sábado 14 de noviembre.
A pesar de que un vocero del Servicio Penitenciario Bonaerense aclaró que "el restablecimiento de las visitas familiares presenciales implica una articulación coordinada de varios ministerios y municipios para la puesta en marcha de los protocolos, algo que no se puede implementar de un día para otro", horas más tarde el organismo provincial decidió establecer las primeras visitas para el 14 de noviembre.
Las imágenes demuestran el estado en el que quedó la Unidad 21. Para muchos, inutilizable.