Campana Noticias
Un cacho de historia
19/01/2022 20:07

Así está hoy el viejo local de Tropicana

Un video en las redes sociales mostró los trabajos de demolición que se realizan en el histórico predio de Av. Varela al 600. El reducto fue ícono de la noche de Campana, de la mano de su creador, “Toto” Bastanzo. Parte de su mobiliario fue vendido, y versiones señalan que tras una remodelación habría reapertura, con nuevos dueños.
La noche de Campana no volvió a ser la misma desde el 4 de febrero de 1964, año en el que abrió sus puertas la conocida confitería bailable Tropicana Club, nombre que homenajeaba a un programa de televisión de la época.

José Popovich y el conocido Toto Bastanzo, tuvieron la idea de inaugurar el local que perduró durante más de medio siglo. En 2017, Bastanzo falleció y aunque se desconoce con exactitud la fecha de cierre, la pandemia ha tenido su responsabilidad como con gran parte de la actividad.

En las redes sociales, un video da cuenta del estado actual de las instalaciones. Mientras algunos suponían la demolición con fines de desarrollo inmobiliario, otras versiones señalan que habría una reapertura próxima, con nuevos dueños, y tras importantes remodelaciones.

El material rápidamente llegó a cientos de usuarios en las redes, quienes recordaron con emoción y nostalgia la historia de “el trópico” (como muchos le decían).

Campana Noticias te cuenta algunos datos del lugar:

Cuando inauguró, las primeras jóvenes que ingresaron al local fueron: Elida (Cacha), Mirta y Norma Ferriccioni. En uno de los aniversarios de su inauguración muchos años después, fueron invitadas a concurrir, pero ya era otra la realidad para ellas.

El primer discjockey fue Domingo Barnetche, gerente de la ferretería y el maître, Adan Gallardo. Estas confiterías bailables se diferenciaban de las antiguas salas de baile porque la música no era tocada en vivo, sino que provenía de “discos” seleccionados por un discjockey que animaba la noche “mezclando” la música.

La modalidad de esa época en cuanto a los tiempos de elegir los temas era muy diferente a la actual, primero se escuchaban los discos “lentos”: Tito Rodriguez, Nicola di Bari, Mina, luego iba subiendo el ritmo hasta llega a la cumbia: Los Wawancó (que era el principal grupo de cumbia), La Sonora Kalingó, Enrique Tulio de León. También había números en vivo. Fueron contratados muchos famosos.

Horacio Guarini actúo siete veces. En una de ellas lo invitaron a comer un asado en el restauran “Viejo Zoilo” y cuando se fue se olvidó la guitarra. También estuvieron Los Tucu Tucu, Los Chalchaleros , Hernán Figueroa Reyes, Guillermo Fernandez, Rubén Juárez, Enrique Dumas, Morán, Chiqui Pereyra.

Roberto Goyeneche vino tres veces. Según Toto “se tomaba todo”. Su guitarrista era el Turco Amado y Di Rino en bandoneón. También actúo en Tropicana Gina María Hidalgo. Ella era una mujer delicada y una de las condiciones que puso para su actuación fue que no fumaran, ya que el humo del cigarrillo le hacía mal. Respetaron su pedido y nadie fumó. Vino acompañada por Hacho Manzi, hijo de Homero Manzi.

José Larralde también puso condiciones para actuar y le garantizaron que lo iban a respetar. Al terminar su actuación felicitó a Toto por la atención que había demostrado el público.

Roberto Rimoldi Fraga vino acompañado por Estela Lanusse. Cuando cantó Sergio Denis, las mujeres se sentaron en el suelo a su alrededor, mirando y escuchando con mucho respeto. Cuando actúo el conjunto Los Gatos, la gente para verlos mejor se subieron a las mesas ratonas y las rompieron todas.

Julián Centella también estuvo en Tropicana. Lo llamaban el Hombre Gris de Buenos Aires. Era italiano y llegó a la Argentina por la segunda década del siglo XX escapado de Italia ya que su padre, periodista, tenía actividades anarquistas. Su verdadero nombre fue Amleto Enrique Vergiati. Era periodista y poeta. Tenía una enfermedad terminal y esa noche de actuación recitó el poema “Sobretodo de madera”. Murió al poco tiempo, transcurría el año 1974. También actúo en la noche de Tropicana Alfredo Zitarrosa. Fue la última presentación que realizó antes de ir al exilio.

Según las normas del lugar, no se podía ingresar vistiendo camisetas de clubes de fútbol, gorra, musculosa, pantalones cortos, ojotas.
Abría los viernes, sábado, domingo, vísperas de feriado, y feriados.

(Colaboración de Elba Geronés – Historias de Acá).
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