Hoy se conmemora el Día del Martillero y Corredor Público
La fecha coincide con la fundación de la Federación Argentina de Entidades de Martilleros y Corredores Inmobiliarios, en 1943. En cada departamento judicial, existe un representante de dicha institución, que rige y gobierna sobre los matriculados que la integran.

En todo el país, cada 11 de Octubre se comemora el Día del Martillero y Corredor Público. Su designación ocurrió en el año 1945, en una Asamblea de la Federación Argentina de Entidades de Martilleros y Corredores Inmobiliarios realizada en Avellaneda. Se conmemora así todos los años, su fundación como tal, votada un día como hoy, pero de 1943 en la Capital Federal. Esta institución puede ser catalogada como el "tronco genitor" de los colegiados públicos, ya que con enorme esfuerzo bregó por la sanción de las leyes que los hicieron posibles, siendo desde siempre nuestro mayor referente en el orden nacional.
En cuanto a los martilleros, la expresión viene de quien "maneja el martillo" y se asociaba a las ventas de cosas en público, donde los interesados pujaban, adjudicando el vendedor, mediante un "golpe de martillo" la compra al último oferente, como ocurre hasta nuestros días. Quienes ejercían este oficio o profesión, se les llamó también "subastadores", que proviene de la palabra subasta. En las primeras comunidades, anteriores a la era cristiana, los pueblos nómades convergían en un lugar, donde intercambian en trueque o vendían mercaderías y efectos. Los lugares de venta se señalaban con un asta clavada en el suelo con un trapo a modo de bandera que indicaba esa ubicación y debajo colocaban en exhibición lo que ponían a la venta. De allí la expresión "subasta" que se compone del vocablo "sub" (bajo) y "asta", o sea "bajo el asta".
Se los distingue asimismo con la denominación "rematador", el que remata, pone fin a una cosa. La expresión nace de los remates en sede judicial, que con la venta de los bienes embargados para pagar una deuda, se "pone fin" al pleito. Sin embargo, ha sido la denominación como "Martillero Público", la que distingue a esta actividad, que, desde su reglamentación en el Código de Comercio hace ya 150 años, fue evolucionando hasta convertirse en una profesión a la que se accede con título universitario, a partir de a sanción de la ley 25.028.
En cuanto al corretaje, nace con el comercio mismo y fue ejercicio siempre como una intermediación entre quien vende y quien compra. No vende públicamente como el martillero sino que solamente acerca a las parte interesadas, las que concluyen entre si el negocio, por contrato privado, llamado "boleto de compra-venta", percibiendo por su tarea una "comisión" palabra que deriva de "comisionista", otra de las expresiones que definen, equivocadamente, esta actividad; hoy son llamados “honorarios”, dada la profesionalización de la actividad. Sus denominaciones legales han sido las de corredor de comercio, o corredor público. Sin embargo, el ejercicio excluyente en un mercado específico, como lo es el inmobiliario, adicionó naturalmente al corretaje de bienes raíces esa definición que lo individualiza claramente, tomando sus oficinas la denominación "Inmobiliaria". Actualmente, por imperio de la mencionada ley 25.028, el corretaje es una profesión universitaria.
Las profesiones de Martillero y Corredor Público están reglamentadas por la ley nacional 20.266. En la Provincia de Buenos Aires, desde el año 1961, rige la colegiación obligatoria. Ambas profesiones deben estar inscriptas en un Colegio Público común, que gobierna sus matrículas y ejerce la potestad disciplinaria sancionando a quienes no cumple las normas del ejercicio profesional, fijadas actualmente en la ley 10.973. De esta manera, la comunidad a la que sirven estas profesiones se encuentran legalmente protegidas de actos que la perjudiquen realizados por los profesionales colegiados, ya los sea dolosos o por "mala praxis". En cada Departamento Judicial, existe un colegio de ley, que actúa con el aditamento de este en toda su jurisdicción territorial. Estos colegios son gobernados por lo propios colegiados, elegidos en Asambleas mediante el voto secreto y obligatorio de los miembros de la colegiación. Las designaciones son "ad honorem" y revisten las obligaciones de "carga pública", por ser los Colegios instituciones de derecho público por delegación del Estado.
Enviamos nuestras salutaciones a todos los integrantes del Colegio de Martilleros y Corredores Públicos Zárate Campana!En cuanto a los martilleros, la expresión viene de quien "maneja el martillo" y se asociaba a las ventas de cosas en público, donde los interesados pujaban, adjudicando el vendedor, mediante un "golpe de martillo" la compra al último oferente, como ocurre hasta nuestros días. Quienes ejercían este oficio o profesión, se les llamó también "subastadores", que proviene de la palabra subasta. En las primeras comunidades, anteriores a la era cristiana, los pueblos nómades convergían en un lugar, donde intercambian en trueque o vendían mercaderías y efectos. Los lugares de venta se señalaban con un asta clavada en el suelo con un trapo a modo de bandera que indicaba esa ubicación y debajo colocaban en exhibición lo que ponían a la venta. De allí la expresión "subasta" que se compone del vocablo "sub" (bajo) y "asta", o sea "bajo el asta".
Se los distingue asimismo con la denominación "rematador", el que remata, pone fin a una cosa. La expresión nace de los remates en sede judicial, que con la venta de los bienes embargados para pagar una deuda, se "pone fin" al pleito. Sin embargo, ha sido la denominación como "Martillero Público", la que distingue a esta actividad, que, desde su reglamentación en el Código de Comercio hace ya 150 años, fue evolucionando hasta convertirse en una profesión a la que se accede con título universitario, a partir de a sanción de la ley 25.028.
En cuanto al corretaje, nace con el comercio mismo y fue ejercicio siempre como una intermediación entre quien vende y quien compra. No vende públicamente como el martillero sino que solamente acerca a las parte interesadas, las que concluyen entre si el negocio, por contrato privado, llamado "boleto de compra-venta", percibiendo por su tarea una "comisión" palabra que deriva de "comisionista", otra de las expresiones que definen, equivocadamente, esta actividad; hoy son llamados “honorarios”, dada la profesionalización de la actividad. Sus denominaciones legales han sido las de corredor de comercio, o corredor público. Sin embargo, el ejercicio excluyente en un mercado específico, como lo es el inmobiliario, adicionó naturalmente al corretaje de bienes raíces esa definición que lo individualiza claramente, tomando sus oficinas la denominación "Inmobiliaria". Actualmente, por imperio de la mencionada ley 25.028, el corretaje es una profesión universitaria.
Las profesiones de Martillero y Corredor Público están reglamentadas por la ley nacional 20.266. En la Provincia de Buenos Aires, desde el año 1961, rige la colegiación obligatoria. Ambas profesiones deben estar inscriptas en un Colegio Público común, que gobierna sus matrículas y ejerce la potestad disciplinaria sancionando a quienes no cumple las normas del ejercicio profesional, fijadas actualmente en la ley 10.973. De esta manera, la comunidad a la que sirven estas profesiones se encuentran legalmente protegidas de actos que la perjudiquen realizados por los profesionales colegiados, ya los sea dolosos o por "mala praxis". En cada Departamento Judicial, existe un colegio de ley, que actúa con el aditamento de este en toda su jurisdicción territorial. Estos colegios son gobernados por lo propios colegiados, elegidos en Asambleas mediante el voto secreto y obligatorio de los miembros de la colegiación. Las designaciones son "ad honorem" y revisten las obligaciones de "carga pública", por ser los Colegios instituciones de derecho público por delegación del Estado.