La calle Güemes le dijo adiós a los adoquines
Otra de las arterias donde se realizan obras de asfalto, tapando los tradicionales ladrillos que cubrieron el casco céntrico durante muchos años. A la inversa, en CABA iniciaron un programa para retirar el asfalto y colocar adoquines.

Soportaron los rigores climáticos de décadas, junto con el traqueteo de carros y la fuerte pisada de los caballos. Luego, la modernidad los impregnó de aceite y restos de grasa que desprenden los autos, camiones y colectivos. Fueron testigos de construcciones, modificaciones y hasta destrucciones varias.
Los adoquines parecen tener los días contados en Campana. La calle Güemes se sumó a otras, como De Dominicis y Becerra, donde el Municipio planeó tapar dichos ladrillos con asfalto, generando opiniones a favor, y en contra.
En CABA, se estima que una quinta parte de sus calles son de adoquín, como una forma de ratificar que adoquín es sinónimo de algo duro de verdad. En sintonía, y como parte de un programa para recuperar además fachadas históricas y la renovación de veredas, se colocarán adoquines en las calles en las que ahora hay asfalto para favorecer la identidad cultural y patrimonial de la zona, con una inversión cercana a los $2000 millones.
Pero volvamos a nuestra Ciudad, donde más allá de cualquier discusión, las obras están en marcha. De a poco, los adoquines de la Güemes se esconden bajo el asfalto. Una capa más suave para la circulación, es cierto, pero que deja el interrogante sobre cómo escurrirá el agua, y que pasará con los niveles elevados de la calle respecto al cordón, ante posibles anegamientos en caso de fuertes lluvias.
Los adoquines parecen tener los días contados en Campana. La calle Güemes se sumó a otras, como De Dominicis y Becerra, donde el Municipio planeó tapar dichos ladrillos con asfalto, generando opiniones a favor, y en contra.
En CABA, se estima que una quinta parte de sus calles son de adoquín, como una forma de ratificar que adoquín es sinónimo de algo duro de verdad. En sintonía, y como parte de un programa para recuperar además fachadas históricas y la renovación de veredas, se colocarán adoquines en las calles en las que ahora hay asfalto para favorecer la identidad cultural y patrimonial de la zona, con una inversión cercana a los $2000 millones.
Pero volvamos a nuestra Ciudad, donde más allá de cualquier discusión, las obras están en marcha. De a poco, los adoquines de la Güemes se esconden bajo el asfalto. Una capa más suave para la circulación, es cierto, pero que deja el interrogante sobre cómo escurrirá el agua, y que pasará con los niveles elevados de la calle respecto al cordón, ante posibles anegamientos en caso de fuertes lluvias.