"Nadie se salva solo", el día que Campana se rescató a sí misma
Un desastre histórico que dejó barrios enteros bajo el agua y a cientos de personas evacuadas. Pero mientras el agua avanza los propios vecinos se convirtieron en rescatistas, salvando a personas y animales. Toda la ciudad se movilizó: se abrieron centros de evacuación, llegaron donaciones y se organizaron tareas comunitarias sin distinción de banderas. El pueblo campanense da ejemplo de unidad y amor frente a la tragedia.

Una noche interminable marcó para siempre la memoria de Campana. En apenas unas horas, cayeron más de 400 milímetros de lluvia, una cifra que normalmente debería repartirse en tres meses. Fue un temporal histórico que aún hoy domingo no da tregua. Arrasó y dejó barrios enteros, como San Cayetano, Santa Lucía, 21 de Septiembre y los más alejados en el límite con Zárate, bajo el agua.
A medida que la madrugada avanzaba, también lo hacía el agua: a los tobillos, a las rodillas, a la cintura. Cerca de las 3 de la mañana, comenzaron los primeros rescates. Y lo que no tardó en llegar fue la solidaridad: fueron los propios vecinos, familiares, amigos quienes, sin esperar órdenes ni condiciones, tomaron kayaks, lanchas o cualquier embarcación disponible y se adentraron en el agua para sacar de sus casas a abuelos, niños, personas con movilidad reducida, animales. No hubo miedo: solo coraje, urgencia y amor.
Cuando el sol despuntó, Campana no dormía. Toda la ciudad estaba despierta, activa, latiendo al mismo ritmo. Se abrieron centros de evacuación, los clubes, sindicatos, iglesias y sociedades de fomento se pusieron al hombro la emergencia. Las donaciones comenzaron a llegar sin pausa: ropa seca, frazadas, alimentos no perecederos, agua potable, alimento para mascotas. Algunos cocinaban, otros organizaban viandas, otros clasificaban ropa o llevaban lo necesario a los rescatistas.
El trabajo fue conjunto y sin distinciones. Las fuerzas vivas, el Municipio, Prefectura, Armada Argentina, Gendarmería, Defensa Civil, Bomberos de Campana y de otras localidades como Escobar, Morón, San Isidro, Vicente López, Maschwitz, Derqui, Don Torcuato, Garín, Saavedra, Bragado, San Miguel, José C. Paz, Lanús, estuvieron asistiendo. También la Cruz Roja local y de otras ciudades, junto con equipos de rescate de todo el conurbano.
Pero sobre todo, fue la gente de Campana quien salió a salvar a Campana. Reinó una sola consigna: "Nadie se salva solo. Fuerza, Campana". Y esa fuerza es la que mantiene a flote a toda una ciudad.
A medida que la madrugada avanzaba, también lo hacía el agua: a los tobillos, a las rodillas, a la cintura. Cerca de las 3 de la mañana, comenzaron los primeros rescates. Y lo que no tardó en llegar fue la solidaridad: fueron los propios vecinos, familiares, amigos quienes, sin esperar órdenes ni condiciones, tomaron kayaks, lanchas o cualquier embarcación disponible y se adentraron en el agua para sacar de sus casas a abuelos, niños, personas con movilidad reducida, animales. No hubo miedo: solo coraje, urgencia y amor.
Cuando el sol despuntó, Campana no dormía. Toda la ciudad estaba despierta, activa, latiendo al mismo ritmo. Se abrieron centros de evacuación, los clubes, sindicatos, iglesias y sociedades de fomento se pusieron al hombro la emergencia. Las donaciones comenzaron a llegar sin pausa: ropa seca, frazadas, alimentos no perecederos, agua potable, alimento para mascotas. Algunos cocinaban, otros organizaban viandas, otros clasificaban ropa o llevaban lo necesario a los rescatistas.
El trabajo fue conjunto y sin distinciones. Las fuerzas vivas, el Municipio, Prefectura, Armada Argentina, Gendarmería, Defensa Civil, Bomberos de Campana y de otras localidades como Escobar, Morón, San Isidro, Vicente López, Maschwitz, Derqui, Don Torcuato, Garín, Saavedra, Bragado, San Miguel, José C. Paz, Lanús, estuvieron asistiendo. También la Cruz Roja local y de otras ciudades, junto con equipos de rescate de todo el conurbano.
Pero sobre todo, fue la gente de Campana quien salió a salvar a Campana. Reinó una sola consigna: "Nadie se salva solo. Fuerza, Campana". Y esa fuerza es la que mantiene a flote a toda una ciudad.