El Banco Central confirmó récord de morosidad en el pago de las tarjetas de crédito
La morosidad en tarjetas de crédito, préstamos y cheques alcanzó niveles récord en marzo, según datos del Banco Central. El ajuste financiero golpea con fuerza a hogares y pymes, en un contexto de caída del ingreso, falta de crédito y aumento del endeudamiento, especialmente entre trabajadores informales.

El Banco Central alertó sobre un fuerte deterioro en el sistema de pagos durante marzo, con niveles récord de morosidad en tarjetas de crédito, préstamos personales y cheques. El incumplimiento en tarjetas alcanzó el 2,8%, el valor más alto en tres años, mientras que en préstamos personales superó el 4%, su mayor nivel en nueve meses. Los cheques rechazados, en tanto, marcaron un récord en cinco años, con un incremento interanual del 91,7%.
La creciente dificultad para cumplir con los pagos refleja el verdadero "no hay plata", no en las cuentas del Estado, sino en la economía de las familias. La carga financiera ya afecta a un 10,4% del crédito no bancario, superando en más de tres puntos el nivel registrado en noviembre pasado. El 70% de las entidades relevadas mostró un aumento en los casos de morosidad.
El sector empresarial también enfrenta serias restricciones. Según advirtió el director del Banco Ciudad, Gastón Rossi, se encendió una "luz amarilla" en el sistema crediticio, donde el cobro de préstamos se vuelve cada vez más complejo. Las medianas empresas, en particular, enfrentan un cierre casi total del acceso a los mercados de capitales, tanto locales como externos.
El endeudamiento de los hogares sigue en ascenso. De acuerdo con la consultora Eco Go, la deuda representa entre el 20% y el 30% de los ingresos mensuales. La situación es más crítica entre trabajadores informales y cuentapropistas, donde el endeudamiento ya equivale a más de un mes completo de ingresos, nivel similar al de diciembre de 2019.
En este contexto, la pérdida del poder adquisitivo y la falta de acceso al crédito profundizan la crisis del consumo y restringen aún más la actividad económica. Mientras el gobierno nacional mantiene un discurso de austeridad fiscal, la presión financiera recae con fuerza sobre los sectores más vulnerables.
La creciente dificultad para cumplir con los pagos refleja el verdadero "no hay plata", no en las cuentas del Estado, sino en la economía de las familias. La carga financiera ya afecta a un 10,4% del crédito no bancario, superando en más de tres puntos el nivel registrado en noviembre pasado. El 70% de las entidades relevadas mostró un aumento en los casos de morosidad.
El sector empresarial también enfrenta serias restricciones. Según advirtió el director del Banco Ciudad, Gastón Rossi, se encendió una "luz amarilla" en el sistema crediticio, donde el cobro de préstamos se vuelve cada vez más complejo. Las medianas empresas, en particular, enfrentan un cierre casi total del acceso a los mercados de capitales, tanto locales como externos.
El endeudamiento de los hogares sigue en ascenso. De acuerdo con la consultora Eco Go, la deuda representa entre el 20% y el 30% de los ingresos mensuales. La situación es más crítica entre trabajadores informales y cuentapropistas, donde el endeudamiento ya equivale a más de un mes completo de ingresos, nivel similar al de diciembre de 2019.
En este contexto, la pérdida del poder adquisitivo y la falta de acceso al crédito profundizan la crisis del consumo y restringen aún más la actividad económica. Mientras el gobierno nacional mantiene un discurso de austeridad fiscal, la presión financiera recae con fuerza sobre los sectores más vulnerables.