De “barco fantasma” a hotel turístico: el plan para revivir al crucero de Las Tejas
El crucero “Ciudad de Paraná”, encallado en el camping Las Tejas —en el Delta de Campana—, será reconvertido en un hotel con habitaciones independientes. Su dueño, Bernardo Ditges, reveló el proyecto en una entrevista con Infobae, donde explicó cómo planea devolverle vida a la histórica embarcación fluvial.

El emblemático crucero “Ciudad de Paraná”, encallado desde hace años en el camping Las Tejas —ubicado en el sector insular del partido de Campana—, podría convertirse en un hotel con habitaciones independientes, según reveló su propietario, Bernardo Ditges, en una entrevista con Infobae realizada por la periodista Cinthia Ruth.
Construido en 1962 en los astilleros Río Santiago, el crucero supo unir Buenos Aires con Montevideo y Asunción, y llegó a funcionar como hotel flotante en Puerto Iguazú durante los años ‘90. Hoy, pese a su deterioro y al mito de que está abandonado, Ditges busca recuperar su estructura y reconfigurarla como un espacio turístico con fines de hospedaje.
“Estoy convirtiendo las habitaciones del primer piso en cabañas con baño privado y entrada individual desde el exterior. Es como armar un hotel, pero con accesos separados. No quiero que la gente ande sin rumbo por el barco”, explicó Ditges sobre el proyecto que avanza de forma paulatina mientras alquila el crucero para eventos recreativos y deportivos.
La nave, que alguna vez alojó a más de mil pasajeros, hoy es usada como escenario de partidas de airsoft, carreras de ciclismo y actividades vinculadas al wakeboard. Incluso, durante el Mundial de esta disciplina realizado en 2018, el crucero funcionó como base logística para delegaciones de 27 países.
Ditges es propietario no solo de este barco, sino también de su “mellizo”, una embarcación gemela que compró años después y mantiene oculta en el mismo predio, rodeada de árboles. Ambas naves se encuentran hoy a unos 800 metros del río, dentro del camping.
“El barco no está abandonado. Se mantiene activo, alquilado y con un plan concreto de renovación”, sostuvo su dueño, quien aseguró que los ingresos obtenidos por el alquiler son reinvertidos en su reacondicionamiento.
El ambicioso objetivo es que el crucero vuelva a ofrecer alojamiento turístico en el Delta, integrando una propuesta que combine historia naval, naturaleza y experiencias recreativas. Su restauración podría revalorizar un ícono olvidado del transporte fluvial argentino.
Mientras tanto, el “Ciudad de Paraná” resiste el paso del tiempo, con su estructura aún en pie, botes salvavidas colgando y rincones originales que conservan parte del esplendor que supo tener décadas atrás.
Construido en 1962 en los astilleros Río Santiago, el crucero supo unir Buenos Aires con Montevideo y Asunción, y llegó a funcionar como hotel flotante en Puerto Iguazú durante los años ‘90. Hoy, pese a su deterioro y al mito de que está abandonado, Ditges busca recuperar su estructura y reconfigurarla como un espacio turístico con fines de hospedaje.
“Estoy convirtiendo las habitaciones del primer piso en cabañas con baño privado y entrada individual desde el exterior. Es como armar un hotel, pero con accesos separados. No quiero que la gente ande sin rumbo por el barco”, explicó Ditges sobre el proyecto que avanza de forma paulatina mientras alquila el crucero para eventos recreativos y deportivos.
La nave, que alguna vez alojó a más de mil pasajeros, hoy es usada como escenario de partidas de airsoft, carreras de ciclismo y actividades vinculadas al wakeboard. Incluso, durante el Mundial de esta disciplina realizado en 2018, el crucero funcionó como base logística para delegaciones de 27 países.
Ditges es propietario no solo de este barco, sino también de su “mellizo”, una embarcación gemela que compró años después y mantiene oculta en el mismo predio, rodeada de árboles. Ambas naves se encuentran hoy a unos 800 metros del río, dentro del camping.
“El barco no está abandonado. Se mantiene activo, alquilado y con un plan concreto de renovación”, sostuvo su dueño, quien aseguró que los ingresos obtenidos por el alquiler son reinvertidos en su reacondicionamiento.
El ambicioso objetivo es que el crucero vuelva a ofrecer alojamiento turístico en el Delta, integrando una propuesta que combine historia naval, naturaleza y experiencias recreativas. Su restauración podría revalorizar un ícono olvidado del transporte fluvial argentino.
Mientras tanto, el “Ciudad de Paraná” resiste el paso del tiempo, con su estructura aún en pie, botes salvavidas colgando y rincones originales que conservan parte del esplendor que supo tener décadas atrás.