Campana Noticias
Una familia fue víctima de un asalto comando en su propia casa en el barrio Dálmine
Fueron golpeados, maniatados y amenazados por delincuentes encapuchados.
Cuatro delincuentes armados y encapuchados irrumpieron en la noche del viernes en una vivienda del barrio Dálmine, protagonizando un asalto con características planificadas y extrema violencia. Las víctimas fueron un matrimonio vinculado a una reconocida farmacia de la ciudad, que fue reducido, golpeado y amenazado durante varios minutos de terror.
Todo comenzó cuando el dueño de casa regresaba de compartir una cena con amigos. Al intentar ingresar con su auto, notó algo extraño: el portón no abría. Al acercarse a la entrada peatonal, fue emboscado por los atacantes, que ya estaban dentro del terreno. Lo golpearon, lo obligaron a entrar y, una vez adentro, ambos —él y su esposa— fueron maniatados bajo amenazas con armas de fuego.
Mientras los delincuentes revolvían la casa entera en busca de dinero y objetos de valor, arrancando marcos de puertas y destrozando muebles, la pareja fue obligada a permanecer en silencio. La situación podría haber sido aún más grave, pero fue interrumpida por la insistencia de la hija del matrimonio y su pareja, que comenzaron a llamar insistentemente al no obtener respuesta. Esa presión llevó a los asaltantes a abandonar el lugar antes de ser descubiertos.
Minutos después, el yerno ingresó y encontró a su suegro pidiendo auxilio desde la reja, ya desatado, mientras su esposa seguía atada en el interior, aunque sin lesiones de gravedad. El interior de la vivienda estaba devastado.
Vecinos aportaron un dato clave: un vehículo sospechoso había permanecido estacionado frente a la casa con el capó levantado durante varios minutos antes del ataque. Ahora se cree que se trataba de una maniobra de vigilancia previa al asalto.
La Policía trabaja en la identificación de los autores, aunque hasta el momento no hubo detenciones.
Todo comenzó cuando el dueño de casa regresaba de compartir una cena con amigos. Al intentar ingresar con su auto, notó algo extraño: el portón no abría. Al acercarse a la entrada peatonal, fue emboscado por los atacantes, que ya estaban dentro del terreno. Lo golpearon, lo obligaron a entrar y, una vez adentro, ambos —él y su esposa— fueron maniatados bajo amenazas con armas de fuego.
Mientras los delincuentes revolvían la casa entera en busca de dinero y objetos de valor, arrancando marcos de puertas y destrozando muebles, la pareja fue obligada a permanecer en silencio. La situación podría haber sido aún más grave, pero fue interrumpida por la insistencia de la hija del matrimonio y su pareja, que comenzaron a llamar insistentemente al no obtener respuesta. Esa presión llevó a los asaltantes a abandonar el lugar antes de ser descubiertos.
Minutos después, el yerno ingresó y encontró a su suegro pidiendo auxilio desde la reja, ya desatado, mientras su esposa seguía atada en el interior, aunque sin lesiones de gravedad. El interior de la vivienda estaba devastado.
Vecinos aportaron un dato clave: un vehículo sospechoso había permanecido estacionado frente a la casa con el capó levantado durante varios minutos antes del ataque. Ahora se cree que se trataba de una maniobra de vigilancia previa al asalto.
La Policía trabaja en la identificación de los autores, aunque hasta el momento no hubo detenciones.
